La Fe del Crucificado.
La vida del cristiano
tiene su comprensión en la dinámica en que se encuentra con Jesucristo muerto y resucitado, un
encuentro que debe transformar lo mas hondo de nuestra existencia, un encuentro
que debe destruir nuestra realidad pecaminosa y revestirnos de la gracia de
Dios. Precisamente esto lo vivió Pablo, y prueba de ello son las Cartas
dirigidas las comunidades cristianas primitivas y el libro de los Hechos de los
Apostoles, - pues el espíritu de Pablo aliente este sagrado documento- .
Imitar a Pablo, es
sencillamente poner la mirada en un hombre que experimento el paso de Dios por
su vida, “me amó y se entrego por mi” por eso iluminar nuestra vida de
creyentes a la luz paulina, nos caería de maravilla en este año de la Fe, pues
Pablo no ceso “a tiempo y a destiempo” anunciar a Cristo, muerto y resucitado.
Necesitamos redescubrir realmente el tesoro que tenemos, en medio de un
comportamiento ético-moral desastroso de nuestra sociedad, no muy distante a
los contemporáneos del apóstol de los gentiles.
por lo tanto, la Fe de San Pablo es realmente un testimonio indudable de Cristo Crucificado, lo dice al final de su carta a los Galatas: "Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo".
Solo en la perspectiva de la Cruz, en otras palabras solo en el Amor podemos ser realmente seguidores de Cristo. Su Santidad Francisco al inicio de su ministerio petrino, dijo: "cuando caminamos sin la cruz, somos obispos, sacerdotes, cardenales, Papas, pero no somos discipulos del Señor". esta linea fundamental del cristianismo Pablo la descubrio, y no se canso de predicarla, porque alli radica en "la locura del amor" la novedad del cristianismo, en que nuestro ser, está para Dios y para con el hermano, especialmente que sufre por el pecado y la injusticia.
San Pablo asumio esta realidad viviendola a lo largo de casi treinta años de pedricacion de mision, pues nuestra Fe es la de un Crucificado, dice S.S. Francisco: "Si confesamos a un Cristo sin cruz, no somos discipulos del Señor: somos mundanos".
LES AGRADEZCO LOS COMENTARIOS. CÓMO ILUMINA TU VIDA CRISTIANA ESTOS ARTÍCULOS.
ResponderEliminarMaarthaa Tovaar ha escrito: Pablo ya no se pertenece, sino que su vivir, amar y morir es Cristo Jesús. Amando a Cristo con amor intenso y apasionado, ama a aquellos que le han sido confiados con el mismo amor de Cristo, ama al estilo de Cristo Jesús, con un amor divino "celoso", "paterno" y "materno. En el testimonio de san Pablo tenemos un ejemplo elocuente de aquello a lo que nos invita el Documento de Aparecida: ser discípulos enamorados y misioneros apasionados de Jesucristo
ResponderEliminarinteresante este blog gracias por facilitarnos por este medio
ResponderEliminar"San Pablo asumio esta realidad viviendola a lo largo de casi treinta años de pedricacion de mision, pues nuestra Fe es la de un Crucificado, dice S.S. Francisco: "Si confesamos a un Cristo sin cruz, no somos discipulos del Señor: somos mundanos"
Muy Bueno.
ResponderEliminarla Cruz de Cristo,debe ser el motivo por el cual nos gloriamos, ademas el impulso que debe mover nuestro espíritu misionero así como Pablo. me interesa seguir aprendiendo la doctrina cristiana. gracias.
Rogelio Caceres Cobarias escribio: S.S. Fancisco nos invita a caminar con la cruz; porque de lo contrario seremos solo mundanos, aceptemos la transformacion interna (Metanoia) que sintio Saulo (Pablo) y encontremonos con cristo resucitado que es nuestra verdad.
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