jueves, 23 de mayo de 2013


San Pablo, Testigo de la Fe. 

Pablo, el apóstol por gracia de Dios, vivió hace 2000 años, y su legado teológico es sin duda de gran valor para el cristianismo de hoy. En pleno siglo XXI no somos ajenos a muchas de las batallas que afronto Pablo, por eso él es realmente un pedagogo en la fe, o mejor Pablo es un testigo de la fe. 

Se ha escrito muchos libros tanto biográficos,  escriturísticos, teológicos de San Pablo, pues "ciertamente, es Pablo, el escritor más fuerte y poderoso de la literatura cristiana". por lo tanto reflexionar sobre el "corpus paulinum" debe impulsarnos para meditar la vida de Pablo, antes y despues de su encuentro con Cristo, en otras palabras su conversión  por consiguiente "nuestra conversión , es mirarnos a nosotros mismos, porque tal vez el Señor nos esta diciendo "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?. 

Tanto los Hechos como de las Cartas, se deduce con claridad que Pablo fue un enemigo encarnizado de la comunidad cristiana. “Conocéis mi conducta anterior dentro del judaísmo: con qué crueldad perseguía y trataba de aniquilar a la Iglesia de Dios”, confiesa el mismo en la carta a los gálatas. A partir de esta cristofanía que Pablo tuvo en el camino de Damasco, cambiará la percepción que Pablo tiene de Jesús de Nazareth y de sí mismo, para ser lanzado a la misión extraordinaria que se le confía entre los paganos, misión que marcó el gran giro del cristianismo naciente.

Por consiguiente Pablo experimento la metanoia, es decir, la transformación o conversión entendida como un movimiento interior que surge en toda persona que se encuentra insatisfecha consigo misma. Es lo que necesitamos vivir en nuestro ser de cristianos, pues la verdadera metanoia, es el encuentro con Cristo que se da tal vez de manera de Epifanía en nuestra vida, como le ocurrió a Pablo camino a Damasco, precisamente en los momentos mas cruciales de nuestra existencia como la enfermedad, como la tristeza, el sufrimiento, la soledad, el pecado, Cristo con su luz irradiante sale a nuestro paso. Tumbándonos de nuestro caballo, es decir, del orgullo, la vanidad, el poder, que son sentimientos muy contrarios al corazón de Jesús. Este encuentro es personal, de tu a tu, lo expresa los Hechos de los Apóstoles, en ese dialogo entre Saulo y Jesús Resucitado.
 
Y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: 
Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. 
El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. 

Asi pues, nosotros como creyentes, por la gracia de Bautismo, mas que nunca Cristo, el Señor sale a nuestro encuentro, de manera especial en la Eucaristía, allí su presencia real, no ofrece toda la salvación que al llegar a nuestra vida se produce un autentica conversión, como la de Pablo; también nos encontramos con Jesús a través de las Sagradas Escrituras, en la Oración, en la Liturgia Sacramental, pero de una forma especialisima en el pobre.

Pablo representa para todos nosotros en un ejemplo de saber imitar a Jesucristo, es decir, de ser cristiano. Él es el testigo de la fe.  

2 comentarios:

  1. Que interesante la figura y la misión de San Pablo, seria muy instructivo para nuestro crecimiento espiritual el poder profundizar en la doctrina paulina por medio de articulos tan claros. Gracias me gustaria poder seguir creciendo en mi fe, con articulos como este.

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  2. ESTO HA ESCRITO Andrés Dram Un excelente blog. Muy buen trabajo

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